viernes, 14 de enero de 2011

El Verdadero Conocimiento (Oscar Wilde)


















Tú que lo sabes todo; sabes que busco en vano
Semillas y tierras para cultivar con certeza,
Pero la tierra es oscura entre la maleza,
Indiferente a la lluvia o lágrimas que derramo.

Tú lo sabes todo; sabes que me siento y espero,
Con las manos frágiles y los ojos ciegos,
Hasta el último pliegue del velo,
Hasta el ocaso de la puerta.

Tú lo sabes todo; sabes de mi vanidad,
Confío en que mi vida no es en vano,
En que algún día nos tomaremos de la mano
En una extraña y divina eternidad.

Dios mio, que solo se quedan los muertos (Becquer)


Dios mio, que solos se quedan los muertos (Gustavo Adolfo Becquer)

Cerraron sus ojos
Que aun tenía abiertos;
Taparon su cara
Con un blanco lienzo;
Y unos sollozando,
Otros en silencio,
De la triste alcoba
Todos se salieron.

La luz, que en un vaso
Ardía en el suelo,
Al muro arrojaba
La sombra del lecho,
Y entre aquella sombra
Veíase a intervalos
Dibujarse rígida
La forma del cuerpo.

Despertaba el día
Y a su albor primero,
Con sus mil ruidos
Despertaba el pueblo.
Ante aquel contraste
De vida y misterios,
De luz y tinieblas,
[medité]1 un momento:
¡Dios mío, qué solos
Se quedan los muertos!

De la casa, en hombros,
lleváronla al templo,
y en una capilla
dejaron el féretro.
Allí rodearon
sus pálidos restos
de amarillas velas
y de paños negros.

Al dar de las ánimas
el toque postrero,
acabó una vieja
sus últimos rezos;
cruzó la ancha nave,
las puertas gimieron
y el santo recinto
quedose deserto.

De un reloj se oía
compasado el péndulo,
y de algunos cirios
el chisporroteo.
Tan medroso y triste,
tan oscuro y yerto
todo se encontraba...
que pensé un momento:
¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!

De la alta campana
la lengua de hierro
le dio volteando
su adiós lastimero.
El luto en las ropas
amigos y deudos
cruzaron en fila
formando el cortejo.

Del último asilo,
oscuro y estrecho,
abrió la piqueta
el nicho a un extremo.
Allí la acostaron,
tapáronle luego,
y con un saludo
despidiose el duelo.

La piqueta al hombro,
el sepulturero,
cantando entre dientes,
se perdió a lo lejos.
La noche se entraba,
reinaba el silencio:
perdido en las sombras,
medité un momento:
¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!

En las largas noches
del helado invierno,
cuando las maderas
crujir hace el viento
y azota los vidrios
el fuerte aguacero
de la pobre niña
a solas me acuerdo.

Allí cae la lluvia
con un son eterno;
allí la combate
el soplo del cierzo,
del húmedo muro
tendida en el hueco,
¡acaso de frío
se hielan sus huesos!...

¿Vuelve el polvo al polvo?
¿Vuela el alma al cielo?
¿Todo es vil materia,
podredumbre y cieno?
¡No sé; pero hay algo
que explicar no puedo,
que al par nos infunde
repugnancia y duelo,
al dejar tan tristes,
tan solos los muertos!

viernes, 21 de mayo de 2010

Un Sueño

Ahí van llegando a mi casa, es algun festejo, no se bien qué. Llegas vos, llega alguien que no conozco y desaparece de mi vista. Te busco apasionadamente, ahí estas, sentado a la mesa, de espaldas a mi. De repente me doy cuenta y me da miedo por vos, ¿otra vez?. Intento evitarte el mal momento, pero ya no estas donde te habia visto, desespero, camino de un lado a otro. Ahí estas. Te agarro del brazo y te digo “vamos”, vos no entendes, me mirás sospechando que algo te oculto, tenes razón. Busco en un dormitorio para que estes tranquilo, que no veas nada. Pero tengo que cerciorarme, así que miro en el otro cuarto, y ahí está ese a quien no conozco, en el piso, tirado, solo veo sus piernas, su pantalón de traje azul, sus medias blancas, sus zapatos negros. Inerte, en paz, pero no con nosotros. Pero fallo, vos miraste de reojo y lo viste, recordaste lo que pasó hace poco, el dolor vuelve a llegar a tu piel, te envuelve, te convierte en su presa. Te tomo de un brazo y te llevo al primer dormitorio, vos lloras desconsoladamente. Te recuesto en la cama. Me acuesto al lado tuyo, te abrazo, me decis “despues de todo lo que pasó, vos sos el único con el que puedo estar”, yo siento algo raro, como si estuvieras mintiendo, pero sé en el fondo que no, tus palabras son sinceras, tus lágrimas lo son, tu dolor se hizo palabras, así que tengo que responderte algo, lo que me dicta el corazón en el momento, lo que quiero decirte hace rato: “yo te voy a cuidar”.

lunes, 17 de mayo de 2010

Un ángel para tu soledad




Photos by Wormboy (http://wormboy-wormsblog.blogspot.com)

viernes, 15 de mayo de 2009

The Reader - Bernhard Schlink

¿Por qué? ¿Por qué lo que fue hermoso, cuando miramos atrás, se nos vuelve quebradizo al saber que ocultaba verdades amargas? ¿Por qué se oscurece el recuerdo de unos años felices de matrimonio cuando nos enteramos de que el otro tuvo un amante durante todo el tiempo? ¿Acaso porque en semejante situación no se puede ser feliz? Y, sin embargo, ¡éramos felices! A veces un final doloroso hace que el recuerdo traicione la felicidad pasada. A lo mejor es que la única felicidad verdadera es la que dura siempre. Porque sólo puede tener un final doloro lo que ya era doloroso de por sí, aunque no fuéramos consciente de ello, aunque lo ignorásemos. Pero un dolor inconsciente e ignorado ¿es dolor?.

Fragmento de "El Lector" de Bernhard Schlink.

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Leí este libro y ví la pelicula (maravillosamente adaptada). No quiero detenerme mucho en el argumento simplemente contar que es la historia de un adolescente que comienza un romance con una mujer mas grande hasta que ella desaparece un día. Recién la vuelve a ver cuando él como estudiante de Derecho asiste a un juicio en el que la juzgan por la muerte de varias prisioneras judías siendo ella guardiana de la SS. Él le leía de chico, ella escuchaba, con ella ya en la cárcel él comienza a enviarle cassettes con libros leidos por él. Así, siendo ella analfabeta (algo que él descubre recién en el juicio) aprende a leer y a escribir.
El final con ella suicidandose me resultó muy triste cuando lo leí, le había tomado cariño a Hanna (éste su nombre), ella lucha desde donde ha podido con su pasado, prefirió pasar mas tiempo en la cárcel que reconocer que no sabía leer ni escribir. La historia que mantiene con el chiquillo (así lo llama Hanna) le produjo a éste un profundo distanciamiento en sus relaciones tanto con mujeres como con su descendencia, se vuelve muy frío, hasta cuando se reencuentra con ella intenta mantenerse lejos, quizás por el lacerante dolor que ella le causó de joven.
La pelicula está muy bien hecha, cuando él escucha en el juicio que ella tenía prisioneras favoritas que le leían se me cayó la primer lágrima. Fue terrible, muy denso, un golpe directo a mi sensibilidad. Para cuando Michael empieza a grabarle los libros ya no pude evitar y me heché a llorar en el cine, no desconsoladamente, pero sí llorando con mas y mas lágrimas cayendo de mis ojos. Ni hablar cuando se encuentran y despues ella decide terminar con su vida.
Una emoción tan triste como bella se hizo carne en mí durante toda la última parte del film, y eso que tuve que contenerme para no llorar como niño. Excelente, una verdadera joya. Tanto el libro como la película.

"A veces un final doloroso hace que el recuerdo traicione la felicidad pasada". Es tan cierto eso, es tan dificil poder separar pasado de presente en ciertas ocaciones, uno se pierde en el dolor y deja de ver con claridad todo lo bueno que ha sucedido, sucumbe a la pena del momento, cae en ese abismo que nos presenta el hoy a cada momento.
¿Puede tener un final doloroso lo que ya era doloroso de por sí'? Hasta lo mas bello, hasta el amor mas profundo genera dolor, eso es parte del amar, amor y dolor son inseparables. Tiene algo de plantarse y preguntarselo a si mismo esta pregunta del autor, aunque en mi caso no crea que un final doloroso es de algo que ya lo era de por sí.
¿Un dolor inconsciente e ignorado es dolor? No, mientras mantenga ese estatus, esa condición secreta. ¿Despues? Puff... yo creo que uno tiene una capacidad que desconoce para soportar el dolor, cuando llega, lo sufrimos terriblemente, pero en cierta medida lo soportamos. Inesperadamente hasta quizás.

jueves, 15 de mayo de 2008

Mi compa del laburo


Ayer a la noche fue uno de esos momentos que uno jamas espera que realmente sucederan. Yo lo tenia visto, mas que visto, durante varias horas al dia tengo que concentrarme en el trabajo y dejar de mirarlo. Está demasiado bueno, es demasiada tentación. "Así no se puede trabajar..." suelo repetirme.

Pero ayer fue un momento de esos realmente únicos. Abrí la puerta y ahí estaba. Mas desvestido que vestido, matandose a franela con uno que no estaba nada mal. Me quedé paralizado, ni siquiera pude pronunciar su nombre. Apenas pude articular un sonido que se escuchó parecido a "ehehehhhh!". Lo ví, lo reconocí al toque, él tambien me reconoció. Dejó de hacer lo que estaba haciendo sorprendido de mi irrupción. "Como estas?" puede decirle luego, me sonrió y me dijo "vamos arriba?" y así fue. Antes habiamos cruzado palabras, pero pocas y estrictas de nuestras ocupaciones correspondientes. Pero al tenerlo al lado en el sillón al costado de la piscina cada uno con un trago en la mano las palabras brotaron nitidas, fluidas, llenas de libido. Nos contamos de nuestras vidas, sobre como habiamos llegado ahí y la sopresa mutua de encontrarnos justo ahí. "No se te nota" "a vos tampoco" fueron mutuos cumplidos (pero sinceros).

Pero no aguanté, lo tenia guardado hace rato así que acaricié su rostro y le comí la boca. Lengua con lengua. Los minutos supongo que pasaron, pero nosotros no paramos de intercambiar fluidos salivales. Que labios!. Mi libido explotaba en mi cuerpo, la bata pedía a gritos caerse al piso. Me dijo "vamos a un lugar mas privado?" y así fue. Nos fuimos a un lugar mas comodo, mas intimo, donde pasamos un muy largo rato haciendo de todo. Todo. Todo. Todo. Todo. Todo. Todo. Todo. Todo.

Hoy me lo crucé temprano, nos saludamos, hablamos a la hora del almuerzo y me dijo "hay que repetirlo, te llamo a la noche". Y yo dije en silencio "hoy te mato mas que ayer".

martes, 25 de diciembre de 2007

Texto de mi autoria sin titulo



Ayer se cumplieron tres años de que mi hijo de 6 añitos fue asesinado. Ese fatídico día él queria salir a jugar a la plaza, eran apenas pasadas las 18 hs de un dia de invierno, mi esposa se opuso, Carlitos tenía algo de tos. Yo quise ser un “buen padre” y lo llevé a hamacarse. Todo transcurría de forma normal, de repente veo venir un dos pesonas corriendo a toda velocidad, una de ellas de repente saca un arma y comienza disparar justo hacia donde estaba Carlitos, que era por donde venian tres policias. Salí corriendo para taparlo con mis brazos y hasta pensé casi haberlo logrado. Ví como se iban corriendo los hijos de puta y aliviado mirè a mi hijito, pero el alivio fue falso, miré su frentecita y lo único que observé fue un hoyo en medio de su cabecita y la sangre brotando y cayendo sobre mis manos. No grité, ni siquiera lloré en ese momento, no me daba cuenta lo que había pasado. Murió en el acto, en el hospital no pudieron hacer nada. A los tres meses de su muerte mi esposa se fue a vivir con su madre. Renuncié a mi trabajo y comenzé terapia psicoanalitica con la Licenciada Viviana Pietra. De esto hace ya dos años, en el medio conseguí un trabajo tranquilo como administrativo en una empresa de turismo, mi anterior trabajo como abogado era agobiante y no hubiera podido soportar una presión sin sentido.

La terapia me sirvió muchisimo, la culpa me carcomía, no pasaba un día sin sentirme responsable de su muerte. El culpable jamas fue atrapado, ni siquiera identificado, pero no me importó, estaba mas alla de eso. Cuando visitaba su tumba los primeros meses le llevaba sus juguetes preferidos y los dejaba al lado de las flores y hacía como si estuviera jugando con él, las lagrima caían de mis ojos intermitentemente, pero yo sentía que estaba con él. Siempre fui una persona sin religión, Carlitos ni siquiera estaba bautizado, no sé que pasó con su alma o espiritu, no se si está en el “limbo”, o en el cielo o si es que no está en ningún lado. Aun hoy me pregunto si cuando la muerte me tome a mi podré reencontrarme con él y abrazarlo y pedirle perdón por no haberlo protegido como lo merecía, como un buen padre debe hacerlo. Jamas se me cruzó por la cabeza volver a tener otro hijo, la sola idea me aterra, tuve mi oportunidad y de un día para otro se había esfumado. La Licenciada Pietra me llevó “de paseo” por mi mente, por mi infancia, por mi adolescencia, intentando comprender cada parte de mi ser, de alguna forma, eso me ayudó a procesar la ida de Carlitos. A ella le llevaba fotos de él para que lo viera, no se si ella realmente miraba las fotos o si hacía que las miraba para no lastimarme. Las partidas de ajedrez con los amigos perdieron su magia, la música también, las películas ya no me hacian reir, ni siquiera me entretenían y los dramas directamente los evitaba. El único lugar donde algo de refugio encontraba era en los libros, pero no tanto como antes. Mi vida estaba perdiendo el sentido, y yo sentía que no quería vivir mas.

Pero todo esto es parte de un pasado indeleble, hace aproximadamente tres meses algo comenzó a cambiar, la alegría pérdida en un balazo certero pero con destino equivocado se hizo carne en mí de a poco. No entiendan mal, jamas volveré a ser la persona que fui, jamas, eso es un imposible, pero al menos, ya puedo sonreir sinceramente y sin culpa. Ya puedo verme al espejo y no creer que todo en mi vida había sido un error, todo menos Carlitos, por supuesto. Sentía un vacio existencial inmenso, como si la noche se hubiera apoderado de mi alma. Hoy ya no puedo decir nada de todo eso. Mi psicoanlista es la responsable. Es única, la admiro profundamente. No se exactamente qué hizo, ni cómo. Pero fue su ayuda lo que me condujo nuevamente a la vida, a disfrutar de placeres que había abandonado. Mis palabras hicieron que las suyas cobraran una dimensión de sanación espiritual que invadió mi mente hasta llevarla a un equilibrio maravilloso. Lo he hablado con ella, se lo he agradecido. Ella cree que la terapia ha concluido, que ya no hay mas nada que hacer, que este camino nuevo puedo transitarlo yo solo, que tengo las herramientas para poder seguir adelante. Hasta he impulsado un reencuentro con mi mujer que parece bien encaminado, hemos conversado sobre la posibilidad de volver a vivir juntos, de intentar volver a ser una pareja. Nos amamos, pero lo que nos pasó fue devastador, y ese amor que nos sentiamos (y que nos sentimos) quizas no alcanze, pero tenemos que intentarlo. Ambos nos merecemos la oportunidad de ser felices.

Aún recuerdo, y con esto quiero terminar este breve relato, el día en que llegué al consultorio de la Licenciada Pietra por primera vez. Era en un segundo piso, así que preferí ir por las escaleras de ese edificio antiguo pero tan bien mantenido. En el primer piso pasé por una puerta en la que alguien habia pegado una estampita de Jesus que decía “Yo soy el camino” y pensé “esto es una señal”. Ese momento entre el primer y el segundo piso fue el único momento en que creí honestamente en Dios, improvisé unas palabras y le pedí “por favor, ya no se qué hacer, que esta psicologa no me falle”.

Alberto Ramirez, 9 de Julio de 1999

sábado, 1 de diciembre de 2007

La Muerte



La muerte es quizás uno de los mayores misterios para mí. Nada me produce una angustia tan profunda e inaguantable como pensar en este tema. O solo nombrarla. Pero no solo el acto en sí de “morir” sino sobre todo el “despues”. Si es que hay uno, y eso es lo aterrador.

De chico recuerdo como mi abuela llenaba de sal una babosa y veía como el animalito se retorcía y achicharraba hasta morir. ¿Por qué matarla de esa forma? ¿Que es lo que sentía? ¿Dolor? ¿Sabía que estaba muriendo?. Ese es uno de mis recuerdos mas antiguos del tema, y la pregunta ya comenzaba a acecharme. El tiempo fue pasando y de a poco el temor, por algun motivo que desconozco, creció cada vez mas.

Las religión jamas logró darme un argumento que satisfaga mis dudas. Doce años en colegios catolicos y no me convencieron de nada (por suerte). Ni en la vida eterna ni en la resurrección. Pero no es que no creo en eso, sino que desde esa arista catolica no lo puedo concebir, mienten en tanto que en esto tampoco puedo creer. Supuestamente, según el cristianismo, vamos al “Paraíso” al morir aquellos que hemos sido buenos, y al “Infierno” aquellos que hemos pecado y no nos hemos arrepentido de eso. En este lugar la pasariamos muy mal, con mucho fuego y todos esos detalles fantasiosos de esta gente. Al paraiso se llega, tambien, por amor a Dios, por amor a la gente, y ahí estan todos contentos, felices, esperando el Juicio Final... Pero no encuentro nada ahí que me explique qué es la muerte y que hay despues. Me parecen desvaríos de sacerdotes que buscan mediante estos términos de “paraiso-infierno” subyugar voluntades a su gusto para tener mas adeptos y controlar sus vidas, nada mas que eso.

Una pelicula en especial me resultó muy intersante: “Ghost”. La muerte está tomada como un paso a un mas allá. Pero un paso que debe darse en el momento indicado o que uno puede quedarse si tiene aún algo por hacer. Lo que mas me gustó fue esa idea de que el protagonista no se da cuenta cuando lo matan, sino que sigue como si nada hubiera sucedido, luego mira a su esposa y se ve muerto, no entiende, pero ahí está él: muerto. Y comienza a ver a otra gente igual que él que está entre nosotros. Esta idea me resulta hasta casi chocante: estar muerto y no darse cuenta. En otro film, “Los Otros”, tambien sobre el final se da cuenta el personaje de Nicole Kidman que está muerta habitando como fantasma una casa y todos los ruidos y cosas que pasan no son mas que el esfuerzo de sus habitantes vivos por intentar sacar fuera a estos fantasmas. En “Sexto Sentido” sucede lo mismo, el protagonista está fallecido hace rato pero no se da cuenta de este hecho, por eso en realidad no puede interactuar mas que con un niño que puede ver gente muerta. Las peliculas me han dado mas “respuestas” (por así decirlo) que la religión, han tratado el tema con una verdadera búsqueda, o por lo menos, dando una visión que sirva al argumento...

Una serie en particular toca muy bien el tema: "Six Feet Under", es la historia de una familia que tiene una funeraria, al comienzo de cada capítulo alguien muere y a partir de ese deceso se teje el argumento. Se puede ver como maquillan a los cadaveres, distintos funerales, diversas reacciones al fallecimiento de esa persona. Pero en el último capitulo ocurre algo que cuando lo ví me dejó angustiado por un buen rato: se va mostrando como muere cada uno de los personajes, la mayoría ve algo revelador el instante antes de morir, siempre alguien (ya fallecido) que los está esperando, les sonríe y ellos parten. Es devastador. El tiempo se cruza tambien en este tema, la continuidad, la vida. Ver morir a todos los personajes es el fin de una historia, es la conclusión de un ciclo. Todo termina, todos parten y en algun momento todo es olvidado. Millones de personas poblaron este mundo y hoy apenas son polvo. Y nadie los recuerda, su existencia fue efímera para la posteridad (aunque hayan tenido una vida plena). La vida es como un ciclo que se retroalimenta constantemente. Vida, muerte, vida, muerte. Todo se va, todos se van, y nada queda de ellos mas que el recuerdo que en alguna generación se olvida. No somos nada. Algo sí mientras vivimos, pero una vez muertos no somos nada. En esta serie cuando toda la familia muere se llega a eso, al olvido. Nada mas queda de todos ellos. Y el mundo sigue girando, y la vida continua tanto como la muerte. No encuentro explicación. No se si hay alguna.

Los vampiros creados por Anne Rice (porque son el “tipo de chupadores de sangre” de los que mas conozco, por eso me refiero a ellos) dan otra respuesta a mi interrogante provocador de angustia inmensa por el hecho de que estos seres con inmortales. Un ser vivo en asesinado por un vampiro que le bebe la sangre y éste le da su sangre y así pasa a este mundo distinto. Los vampiros son inmortales, han vencido a la muerte, y dan muerte para seguir existiendo, para tener mas fuerzas, para saciar su sed insaciable (sobre todo al principio, otros como Maharet ya ni la necesitan para seguir existiendo). El vampiro, aun así, puede perecer, como Armand le dice a Louis “muy pocos tienen el vigor para la inmortalidad”. Porque la inmortalidad es tambien ver a todos fallecer y uno seguir, es que todo cambie, y uno continuar igual. La muerte en esto es un paso hacia una “nueva vida”, dentro de esta fantasía la muerte es un paso, pero no un final.

En las cartas del Tarot la carta que representa a La Muerte es la número 13. Lo que significa es transformación, cambio. Pasar de un estado a otro. Dejar atrás algo para comenzar con algo nuevo. Esta carta no tiene que ser vista como algo negativo, sino como un proceso que puede ser beneficioso para uno. Pero siempre la muerte es cambio, pasar de una forma a otra.

Buscar palabras para entender la muerte me resulta devastador. Es inevitable morir, todos pasaremos por eso. Pero cada vez que en un grupo de gente se habla del tema yo me pongo mal en silencio, mi cabeza comienza a tener miedos ineludibles y profundos, mis miedos me toman de presa y quedo así hasta que termina o pienso en otra cosa. No puedo creer que luego de la muerte no haya nada, no puedo creer que sea como dormirse y jamas despetar y sin soñar siquiera, no puedo concebir el fin de la existencia, me da temor. No puede ser así. Si hay algo mas no lo puedo saber, nadie puede saberlo, no son mas que teorías y creencias, pero no hay seguridad de nada. Me da miedo, sinceramente, la muerte, es uno de mis temas mas tabú, pero aquí algo digo, por algun motivo que quizas me ayude a no temerle tanto.

viernes, 24 de agosto de 2007

Sobre el Amor I


Los bastardeos del amor (fragmento)

El "amor a primera vista" no es mas que un bastardeo del amor. No existe. Nadie puede amar a otro en un segundo. O mas bien ¿de qué se enamoran? ¿de un ideal? ¿de una idea preconcebida? ¿de un par de ojos? ¿de qué? ¿que pueden decir cuando se enamoran a primera vista del motivo? ¿es lo suficientemente profundo como el enamorarse luego de meses y meses de conocer al otro? ¿cuanto puede durar algo así?

Enamorarse de alguien es una cuestión de tiempo, de conocimiento, de aceptación del otro, de lo bueno, de malo, de dar todo por el otro, de querer con toda el alma. Y eso no puede pasar "a primera vista". Tambien diganme que estan esperando el "principe azul" o que estan buscando a la "princesa durmiente" para despertarla y vivir felices en el bosque para siempre con 12 hijos...

El "amor a primera vista" no es mas que una ilusión.

Algunos hablan de "fuego/atracción" al conocer a alguien y lo ponen a la altura de "amor a primera vista" como justificación de que sí existe. Entonces pregunto ¿fue amor o calentura eso?
Porque ahora tambien algunos van a confundir amor con "me lo quiero voltear".

Puede haber un flash inicial, es cierto. Pero, a mi entender, no es mas que una idealización en el momento de lo que el otro puede ser, de lo que el otro aparenta ser, porque al fin y al cabo no sabemos bien como es la otra persona hasta despues de un profundo y extenso conocimiento.

Quizas si ocurre ese "flash" y luego surge una buena relación es al ver para atras que se habla de "amor a primera vista", pero no es mas que un construcción hacia el pasado, en ese primer encuentro no hubo amor. Es una forma de decir, pero no confundir "forma de decir" con realidad.

El día en que yo quiera estar en pareja, no va a ser un “quiero estar con alguien” porque ese hueco lo puede llenar cualquier cosa o por lo menos el conformismo del momento, un espejismo en el desierto. El día que quiera estar con otra persona va a ser “quiero estar con X” (reemplaze “X” con el nombre de alguien). Porque lo que voy a querer es estar con X y no con “alguien”. Y querria estar con X para compartir, no para que “me salve de mi tristeza y de mis cosas malas”, no lo reduciría a “objeto que viene a cubrir mis faltas” sino una persona con la cual emprender un camino que llegará hasta donde tenga que llegar.